lunes, 14 de junio de 2010

Capítulo 2: Reunión en la penumbra

Libro I: La Encrucijada de la Luz
PRIMERA PARTE: TRAVESÍA
Capítulo 2: Reunión en la penumbra

L
a fiesta duró hasta las cuatro de la madrugada y Rodric se retiró a su casa muerto de cansancio y sueño por todo lo comido, bailado y bromeado durante toda la velada. Sin duda él era el alma de la fiesta.
Mientras iba por el camino se encontró con Thomas y Eriol, y éste los invito a su hogar para conversar. A pesar del sueño y el cansancio, no se veían hace mucho tiempo y querían contarse lo acontecido mutuamente. Así que sin dudarlo se juntaron para compartir vivencias. Hablaron de todo lo acontecido desde que hace unos meses Thomas se fue de viaje a los reinos vecinos.
En el trayecto de la noche todos vieron que Thomas se veía muy ansioso, algo le pasaba y Rodric fue el primero en notar su reacción.
— ¿Qué te sucede, Thomas, te veo muy nervioso? ¿Estás enfermo?
La cara de Thomas lo decía todo.
—No…es que necesito contarles algo que los maravillará… eso espero.
— ¿Qué es?—pregunto Eriol.
Thomas titubeó. No sabía cómo contarles todo. Darles la noticia así como así, sería demasiado chocante. Lo haría con calma. 
—bueno les contaré todo. Escúchenme con atención que es algo muy importante. Tal vez no me crean o duden de la veracidad de mis palabras, pero quiero que sepan que no podemos desechar esta oportunidad. Por nada del mundo.
Eriol comenzó a sentir algo dentro. Algo que le decía que Thomas traía buenas noticas. Su rostro, sus gestos, su respirar, todo le hacía creer que lo que quería decirles era de suma importancia.
—En mi viaje visité la mayoría de los países vecinos, entre ellos Alcarf—les comunicó Thomas—Allí conocí a dos hermanas que trabajaban en un museo de reliquias antiguas. Me hice muy amigo de ellas y pronto me revelaron un secreto que me dejo muy atónito y perplejo por la magnitud de la noticia…
— ¿Qué es?—preguntó Rodric, interrumpiendo estrepitosamente— ¿Algo malo?
Thomas tuvo que ponerse de pie y se paseó hasta la chimenea que crepitaba destellos rojizos. La luz del fuego reflejó en su semblante, mientras que una brisa de helado viento les recorrió los pies, provocando escalofríos.
—¿Recuerdan la leyenda de Gaeria, la tierra legendaria que quedo perdida de todo conocimiento humano?... allí donde estaban los Puertos Del Norte, donde entrenaban los Endragorn y que fue hecha mediante energía por los sabios de Amedrialth mucho antes que se marcharan a las Tierras De Mas Allá Del Mar.
Gaeria. Eriol recordó la primera vez que había oído aquella palabra. Fue cuando tenía alrededor de seis años y quien sería el Maestro de Rodric les había contado una historia sobre guerreros de la tierra de Amedrialth, los Endragorn, los cuales entrenaban en un mágico lugar llamado Gaeria, también conocida como la Encrucijada De La Luz. El viejo Brass-Volcanos siempre andaba con ese tipo de historia y cuando la oyeron de sus labios por primera vez fue un acontecimiento importante en su infancia. Desde aquel día, todos sus juegos, sus pensamientos y sus motivaciones se habían tratado sobre Gaeria y los Endragorn. Ellos creían ser los míticos guerreros que habían salvado el mundo en muchas ocasiones.
Sin embargo al crecer, comprendieron que aquella historia solo era una leyenda que Brass-Volcanos había leído en algunos libros, los cuales les había regalado para que ellos mismos alimentaran sus fantasías con los mágicos relatos que algunos autores habían escrito.
—Sí, lo recuerdo—respondió Eriol—he leído en muchos libros de esa leyenda, pero es solo eso, una leyenda. ¿Qué hay con eso?
No todo era una leyenda. Los Endragorn habían existido. Lucharon en la Gran Guerra contra los Eryadri y habían ganado, expulsando los ejércitos de Darkegrim lejos de Amedrialth y Ellegardia. Pero la existencia de aquella mágica tierra llamada Gaeria nunca se había comprobado. Ningún navegante la había encontrado en alguno de sus viajes y menos después de la Gran Guerra, donde el Traidor había plagado el océano de terribles monstruos marinos, lo que hacía de la navegación, una práctica casi olvidada hoy en día.
Y aquellos monstruos eran también la causa de su tristeza.
—No es solo una leyenda así de simple—repuso Thomas. Parecía que estaba sopesando las palabras para elegir la mejor manera de expresarse. —Entre las pertenencias de las hermanas, había un libro manuscrito muy antiguo, el cual constaba con un mapa que detalla toda Ellegardia y allí se especificaba la tierra Gaeria justo en frente de Anduin.
Eriol quedó muy sorprendido. Era imposible que de pronto existiera Gaeria. Aquella tierra era una leyenda. Tal vez de pequeños creyeran en esas fantasías, pero ahora las cosas habían cambiado. Todo había cambiado mucho. Thomas debía estar jugándoles un malo rato.
Aunque no entendía el porqué.
— ¿Es una broma?—pregunto Rodric— ¿Porque cuando éramos niños jugábamos a que éramos los Endragorn que entrenábamos en Gaeria?
—Lo que les digo es verdad—aseguró seriamente Thomas—no lo digo porque fuera un juego, les hablo sinceramente.
—Aquel libro del que hablas puede ser una falsificación—dijo Eriol—No te puedes fiar de algo que encontraste porque sí. Incluso yo puedo escribir un libro diciendo que encontré las Tierras De Más Allá Del Mar. ¿Qué nos asegura que es verídico?
—Eriol, tu eres un hombre muy sabio y debes conocer perfectamente a Saken Dreggett. Te he visto leyendo millones de veces libros de sus viajes, ¿sabes de quién te hablo? No creo que hayas olvidado…
—Sí, claro que se quién es Saken Dreggett… es el mayor navegante que existió en toda Ellegardia. El único que recorrió Gea entera, de polo a polo, ¿pero qué tiene que ver una cosa con la otra? Se mas claro Thomas, di donde quieres llegar con todo esto.
—Pues el mapa que estaba en el libro estaba firmado por él. Fue el mismísimo Saken Dreggett quien llegó a Gaeria, alcanzó a Puerto Gris, vivió allí, tocó su suelo, Eriol. ¿Me comprendes? El libro asegura que él vivió hace 100 años en Gaeria. Que allí existen ciudades y personas. Es maravilloso leer como describe aquel reino…
Eriol no cabía en su sorpresa, de pronto todo lo que creyó se volvía incierto. Saken Dreggett. El mejor navegante de la historia. Su tripulación era conocida como La Antología Del Cielo, los más expertos de todos los mares de Gea. Si el libro era suyo, entonces todo era cierto… ¿Pero podía estar tan seguro? Ahora mismo toda su mente parecía difícil de dilucidar algún razonamiento. Estaba siendo agolpado de pensamientos abstractos, no podía definir ninguno, pero las sensaciones, emociones e ideas se hacinaban en su mente. ¿Qué le ocurría?
—Es sorprendente, me parece muy extraño que algo así sea tan desconocido—dijo al fin Eriol—si él llegó allí, muchos otros pudieron hacerlo.
—nadie ha podido llegar allá porque la protege una barrera de monstruos como a todo el mar por causa del Eryadri que empezó todo esto… Maldrek’Deaûl. Saken Dreggett logró pasarla porque llevaba la mejor tripulación y llegó a vivir siete meses con los habitantes de Puerto Gris, uno de los tres reinos. Dice que hay guerreros que son llamados Elents y que son más sabios que los mismísimos Anduinos y que no necesitan comunicarse con nosotros ya que ellos tienen todo en su pequeño territorio, por eso no viajan ni a Aitos ni a ninguna Confederación de Ellegardia, ni mucho menos a Amedrialth, de donde son provenientes.
»Amigos les pido que vayamos allá, que hagamos historia y que seamos los primeros en llegar a Gaeria después de tantos años de olvido. Yo iré sí o sí, es mi destino y la vieja profecía lo dice. Ustedes saben…lo que mi padre me dio hace tiempo. Ahora tiene sentido para mí:
Hijo del sol Thomas
Ve a tu destino más allá del mar
Descubre tu destino
Y comienza tu historia.
Mil dragones vencerás
Y mil guerreros enfrentarás
Más en el ocaso del atardecer
La luz por fin veras
 »Es un poema que siempre escucho, se refiere a Gaeria, necesito ir allá. Para encontrar a la mujer de la que les he contado. Me visita desde niño en mis sueños. Por favor, solo ustedes son de mi confianza y mis únicos amigos, tu espada Rodric y tu sabiduría Eriol, es lo que necesito para que lleguemos a La Encrucijada De La Luz.
Viajar a Gaeria. Pero con cuanta alegría hubiera recibido aquellas noticias. Habría hecho el equipaje en ese mismo instante y se habría ido rumbo a la tierra de sus sueños. Pero si algo había aprendido Eriol en los últimos años es que dejarse llevar por las pasiones no está bien. A veces hay que hacer uso de la razón y la cordura.
No quería mas desgracias en su vida.
—Thomas sabes bien que te apoyaremos en todo y siempre lo hemos hecho—dijo Eriol— Pero primero debemos asegurarnos bien, no podemos guiarnos por un instinto y cometer un error, son varios meses de camino y el rey no nos dejara salir así y nuestras familias…
—Yo también estoy de acuerdo con Eriol—dijo Rodric—piensen, ¿qué tal si en el camino nos pasa algo? Ustedes no pierden nada, pero yo me voy a casar en tres meses más. Y el rey no nos dejará abandonar nuestros puestos.
Thomas pareció desanimado. Quizás creía que ellos le dirían que sí de inmediato. Pero no era tan sencillo. Caminó hacia ellos y se sentó. La hoguera crepitó incandescentemente dando iluminación a toda la habitación. El frió pareció retirarse lentamente, como si ya no pudiese convivir en aquel mismo espacio con aquella luz brillante.
—Primero que todo, sí es seguro y llegaremos sin peligro—les aseguró Thomas—eso se los aseguro. Y Rodric, si quieres puedes invitar a Celes. Debemos salir sin que nadie se dé cuenta, obviamente el rey no nos dejará, por eso nadie debe saber…no estoy dispuesto a ser General Del Ejercito toda mi vida…creía que ustedes pensaban igual que yo… ¿Qué les sucede? Es nuestra oportunidad de conocer el mundo.
—No sé—reflexionó Rodric— es decir primero muéstranos el libro y luego decidiremos, no te puedo negar que quiero ir, pero aquí tengo algo que no puedo dejar. Iré a hablar con ella mañana. Si no puedo ir, ustedes tal vez lo harán. Al menos veamos ese libro para asegurarnos. No podemos actuar como locos. Sé que soy un tanto inmaduro para algunas cosas…pero este no es un juego…no quiero perder lo que más quiero.
Aquellas palabras calaron hondo en la mente de Eriol. Si él hubiese pensado así, sería otra historia la que contaría. Debía aprender más acerca de Rodric.
—Bien mañana hablaremos—dijo Thomas—nadie puede saber de nuestra huida. Y tampoco podemos tardarnos tanto. Saldremos mañana en la noche.
— ¿Qué?—pregunto exaltado Eriol— ¿por qué tan pronto?
— ¿Qué nos ata a esperar más?—respondió Thomas—les dije a aquellas hermanas que volvería lo antes posible. Mientras más pronto salgamos, mas pronto llegamos a Gaeria.
—Sí, tienes razón—dijo Rodric—cómo me gustaría conocer Gaeria… ¿acaso tú has perdido tus ganas de viajar, Eriol?
Rodric y Thomas debería comprenderlo. No podían presionarle…conocían todo lo acontecido. Sin embargo en su interior estaban las ganas de salir de aquel pequeño reino. Tan sólo era que los sentimientos se estaban agolpando en su corazón. Necesitaba estar solo para reflexionar. No podía pensar nada claramente.
—No te preocupes… Siempre soñé con ir a Gaeria y visitar los Puertos, ésta es la ocasión y creo que basándonos en alguien como Dreggett, es real e iremos allá.
Súbitamente Rodric se puso de pie y los miró con pavor.
—Esperen un poco… que no hemos pensado algo gravísimo, ¿cómo atravesaremos hacia la costa si nos separan las Montañas Fantasmas. No serían tan estúpidos como para querer pasarla por su cumbre.
—Con el Libro en el que se encuentra el mapa lograremos pasar, no se preocupen mañana veremos eso. Lo he pensado por semanas y el plan es perfecto. Pero ahora es muy tarde y pronto amanecerá, será mejor que durmamos un poco. 



Rodric se marchó de inmediato a casa de Celes. No podía esperar más. Allí estaba ella aun despierta a pesar de lo tarde que era. Rodric se extrañó de aquello, pero ella le dijo que la comida le había producido insomnio.
 Y él le explicó todo. Celes quedó muy confundida, pero al final le dijo:
—quiero ir con ustedes, no importa lo que digan mis padres o los demás, sólo quiero estar contigo para siempre y vivir como yo quiero.
— ¿tienes claro que es un viaje muy peligroso?
—contigo a mi lado no siento miedo. Imagínate, tú y yo casándonos en Gaeria, es magnífico. Ustedes siempre jugaban a esas viejas historias y los demás los molestaban, pero a mí me parecía muy divertido y disfrutaba leer los presagios y desventuras del pasado.
Rodric se sorprendió mucho, pues pensaba que Celes era menos aventurera y que le costaría convencerla de que los acompañase en aquel viaje.
—entonces debes preparar tu equipaje rápidamente pues salimos mañana en la noche.
—está bien, Rodric. Viajaremos juntos. Eso me hace muy feliz.
 Rodric se demoró mucho en conciliar el sueño esa noche pues meditaba en qué pasaría en su viaje a lo desconocido. Quería que sus dos más grandes anhelos se cumplieran: casarse con Celes y llegar a Gaeria. Desde pequeños los tres jugaban a que llegaban a ese lugar y que descubrían un nuevo terreno. Ahora todo había pasado tan rápido que no había reflexionado si sería capaz de proteger a su compañera y si lograría llegar a pasar las Montañas Fantasmas, a las cuales todos les temían. Pero debía hacerlo, aquel era su deber.
Sentía dentro de él la más grande controversia y sentía como si hubieran dos personas: una que deseaba ir a toda costa y la otra que reflexionaba las posibilidades. Uno estaba con tal deseo de viajar que lo enloquecía y otro solo deseaba ser feliz con Celes.
Pero tenía su Espada Negra. Su mayor tesoro. Con ella ganaría cualquier batalla, pues no existía una mejor. Con ella protegería a Celes.
Celes esperó que sus padres durmieran profundamente, después de limpiar los restos de la fiesta y se levantó cautelosamente para no despertarlos.
¿Por qué había dicho que si? Ahora estaba entre la espada y la pared. Entre lo más preciado de sus órdenes estaba el no dejar que se moviera un metro de Thoren y ahora irían directamente a las Montañas Fantasmas. Era mujer muerta.
Salió a al jardín de la casa y entre unos árboles se preparó para lo peor. Cuando Raziel supiera la mataría sin duda, no le costaría nada encontrar a otra mujer que fuera capaz de enamorar a Rodric y hacer el trabajo que ella no había logrado hacer. Aun así, mentirle era peor.
Tomó el cristal azul que siempre llevaba consigo y dijo las palabras que el Veldar le había enseñado:
Raziel, Guil Ih Seimi.
El silencio fue roto por un estallido acompañado de una luz azul que apareció de la nada. En frente de ella estaba el temido Raziel, el Veldar Alto.
—espero que traigas buenas noticias.
Celes tragó saliva. Ya conocía la furia del Veldar y no quería para nada irritarlo. Debía de ser locuaz y cauta para no cometer errores.
—han surgido dificultades.
—no es mi problemas.
—el algo importante. Un viaje que no estaba previsto.
— ¿Qué tanto puede ser que no eres capaz de remediar tu sola?
—Rodric va a ir a las Montañas Fantasmas.
El semblante del Veldar se desorbitó. La furia se apoderó de él.
— ¿Qué?
—se le metió en la cabeza la idea de viajar.
— ¿Por qué?
—Thomas…
—su padre no puede haberle dicho la verdad a Thomas.
—déjame hablar…decía que Thomas encontró un mapa de cómo llegar a Gaeria. Va a ir con Eriol y Rodric. No pude convencerlo de que no fuera…es su sueño desde siempre. Ni siquiera a mi me escuchó.
Mentirle a Raziel podía ser peligroso. Pero decirle la verdad lo era un más. ¿Cómo explicarle al Veldar que algo dentro de ella le había dicho que tenía que emprender aquel viaje?
—esto agrava todo. No creo que sean capaces de descubrirlo la verdad. Son tan ingenuos… ¿van directamente a las Minas?
—no lo sé. Solo sé que para ir a Gaeria hay que pasar por las Montañas Fantasmas.
—no hay forma de detenerlos…la obstinación es su marca. Mientras no vallan a las Minas está todo bien. Escucha, descubre la forma que tendrán para pasar las Montañas y luego me las comunicas. Del otro lado les tengo una gran sorpresa, no serán capaces de llegar ni siquiera a Darekhano.
— ¿y qué hay de mi? ¿También me atacaran a mí?
—claro que no tonta. Hasta ahora has hecho bien el trabajo y serás recompensada. Ahora vete a dormir. Todavía tienes la obligación de hacer que no se acerque a las Minas.
—como tú digas.
Después de hacer una pequeña reverencia, Celes se marchó en silencio llena de preocupaciones inquietudes.
Raziel miró como Celes se marchaba a la casa y sonrió. Le encantaba ver como sus títeres se movían, tenía toda la situación arreglada de tal manera que era imposible que algo saliera mal. Esos tontos jamás se enterarían de la verdad y si lo hacían sería en su lecho de muerte. La misma Celes ni siquiera imaginaba quién era realmente y nunca lo haría. Los secretos era la clave de este juego. Cada mentira daba más tiempo para el gran día y ahora que los Nueve se habían reunido todo sería distinto.
Los Endragorn morirían.


2 comentarios:

  1. ayyyyyyyyyy tengo miedo!!!!!!!! quién es Raziel??? por qué es tan malooooooooooo
    waaaaaaaaaaaa exijo una explicación!! :)
    te quiero Santito!

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  2. Naty, muchas gracias por darte el tiempo de leerme y por tus comentarios :)
    Raziel es muy malo, pero aún queda mucho por ver de él.
    Te quiero mucho, un abrazote!!!

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